La
Tierra, muchos planetas, la mayoría de las estrellas y muchas galaxias tienen
campos magnéticos, dicho con otras palabras, se comportan como imanes. El
diseño de los modelos matemáticos que representan al imán terrestre o al solar
es un problema extraordinariamente complejo que no se ha resuelto por completo.
Esta cuestión me ha recordado una famosa anécdota. Se le pide a un matemático
que elabore un modelo para la producción de leche; sencillo al principio, debe
irse complicando posteriormente para aproximarse a la realidad. Así comenzó el
sesudo calculador: supongamos una vaca esférica de radio R llena uniformemente
de leche... Anécdotas aparte, los campos magnéticos son los responsables
de la continua actividad violenta que se registra en el cosmos, desde las
terrestres auroras polares a las fulguraciones solares, pasando por el
amontonamiento de nubes de gas interestelar presentes en las galaxias.
¿Cómo
se genera el magnetismo? Existe una explicación: los planetas, las estrellas y
las galaxias funcionan como colosales dinamos. Michael Faraday mostró que se
genera una corriente eléctrica moviendo un conductor eléctrico en la cercanía
de un imán. En esencia, el efecto dinamo consiste en la generación espontánea
de un campo magnético en un fluido conductor; cuando el fluido se desplaza en
un campo magnético aparecen corrientes eléctricas inducidas, que crean
espontáneamente otro campo magnético; el magnetismo total, suma del inducido y
el preexistente, se sostiene a sí mismo. Un disco metálico movido mediante una
correa y una polea que gira en presencia de un imán fue el principio de la
dinamo; el circuito eléctrico se completa con hilos que tocan el disco en su
borde y en su eje. El movimiento genera una corriente que a su vez crea un campo
magnético. No es un diseño práctico de la dinamo, pero en el universo, el
magnetismo se debe a movimientos semejantes; concretamente, en planetas como la
Tierra, el movimiento de los metales fundidos de su núcleo ejercen de fluido
móvil conductor, en las estrellas y núcleos galácticos el plasma turbulento.
Hay
una cuestión pendiente: el funcionamiento de la dinamo no explica el origen del
magnetismo, sino cómo se amplifica y mantiene. ¿De dónde procede entonces el
campo magnético inicial? Un plasma móvil podría sembrar las galaxias y
estrellas de un magnetismo muy tenue y una ligera radiactividad podría hacer lo
mismo en los planetas; aunque está sin confirmarse, los físicos no disponen de
una hipótesis mejor.