Sagittarius (el arquero) es una constelación del zodíaco, que se encuentra entre las constelaciones Scorpius, al oeste, y Capricornus, al este. Representa a un centauro sosteniendo un arco, cuya flecha apunta hacia donde se supone que está el corazón del escorpión, la estrella Antares; tal disposición muestra que el arquero está dispuesto a disparar al escorpión si éste osa atacar. Bellos mitos de la humanidad adolescente.
Me he fijado en Sagitario porque al oeste de la estrella gamma de esa constelación se encuentra el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea; donde reside la radiofuente Sagitario A*, un agujero negro supermasivo: cuatro millones de masas solares confinados en una esfera de tamaño menor que la órbita de Mercurio.
A los amantes de emociones fuertes les diremos que, en la constelación de Sagitario, también está la estrella WR 104, anodino nombre que nada dirá al inexperto, pero que esconde un posible peligro potencial para nuestro planeta. Todos los días la NASA publica una imagen astronómica comentada por un astrónomo profesional; en la del tres de junio de 2014 puede observarse al sistema estelar Wolf-Rayet 104 (WR 104) un sistema estelar con forma de rueda de molino cuyo estudio detallado ha permitido descubrir una posible amenaza. Cuando dos estrellas masivas orbitan entre sí expulsan intensos vientos de gas y polvo que crean la rueda de molino que aparece en la imagen mencionada; una de ellas es una estrella Wolf-Rayet, nombre que designa a una estrella masiva en la última etapa de evolución antes de explotar como supernova, suceso que ocurrirá en cualquier momento en el próximo millón de años. Aclaramos que las estrellas Wolf-Rayet son estrellas que fusionan helio o elementos más pesados en su núcleo.
La observación de la espiral de WR 104 nos indica que miramos casi directamente hacia el eje de rotación del sistema estelar, eje a lo largo del cual surgiría un poderoso chorro de radiación si a la explosión supernova le acompañara un estallido de rayos gamma (GRB). Esperemos que la futura supernova WR 104 sea sólo un hermoso espectáculo inofensivo; porque si el haz de rayos gamma alcanzara de lleno a la Tierra, ni la distancia -ocho mil años luz- podría ser suficiente para protegernos. En la actualidad ni la estrella WR 104 ni los estallidos de rayos gamma se entienden lo suficientemente bien como para calificar su nivel de peligrosidad. ¡Paciencia!… y buena suerte a nuestros descendientes.