sábado, 17 de febrero de 2018

Hormesis y plantas medicinales


Si se pregunta al escrupuloso comensal por qué las frutas y verduras son buenas para la salud probablemente mencione los antioxidantes que estos alimentos contienen; el razonamiento es lógico ya que, en dolencias como el cáncer y las cardiopatías, los radicales libres, que los antioxidantes neutralizan, dañan las células. Los neurólogos conocen el efecto nocivo de los radicales libres sobre las neuronas; también saben que las personan que comen con frecuencia frutas y hortalizas sufren menos enfermedades neurodegenerativas. Pero el efecto no es simple; de hecho, ensayos hechos con personas demuestran que buenos antioxidantes, como las vitaminas C, A y E, no previenen ni mejoran la enfermedad. Entonces, ¿por qué es sano comer verduras y frutas?
La respuesta se relaciona con la estrategia que las plantas han desarrollado para protegerse de los insectos: para mantenerlos alejados han sintetizado sustancias que atacan su sistema nervioso y actúan como plaguicidas naturales. Cuando ingerimos vegetales consumimos pequeñas cantidades de esos tóxicos, lo cual genera un pequeño estrés en nuestras células, de modo similar a como lo hace el ayuno o el ejercicio físico. Pero las células no mueren, se vuelven más fuertes, porque, al responder al estrés, aumenta su capacidad para adaptarse a niveles mayores. Este proceso que promueve la resistencia celular (llamado hormesis) parece contribuir a las propiedades saludables de frutas y verduras. Los curanderos tradicionales lo habían observado antes a base de ensayos y errores, y ahora lo han aprendido los bioquímicos: que algunos compuestos vegetales, tóxicos a cantidades altas, benefician la salud a dosis bajas.
Abundan en el reino vegetal los compuestos que inducen la respuesta moderada característica de la hormesis: la curcumina del curry, el sulforafano del brócoli, el resveratrol de las uvas rojas y el vino, o algunos compuestos del ajo y de los pimientos picantes. Poco a poco se van esclareciendo las rutas bioquímicas que muestran cómo estas sustancias protegen de la muerte a las neuronas y aumentan su capacidad para resistir a los radicales libres que hacen estragos en el cerebro. Quizá la piel de manzana o el polvo de curry se conviertan en el futuro en materias primas para tratamientos novedosos de las enfermedades cerebrales.

Por último, recordemos que la evaluación de las posibles ventajas de la hormesis para la salud exige todavía numerosos ensayos clínicos. No es menos importante evitar la confusión entre estos compuestos y los tratamientos vegetales presentes en el mercado que hacen infundadas afirmaciones sobre su eficacia.

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