Para aproximarnos a la comprensión del ser vivo más pequeño podemos elegir dos opciones. Una de ellas intenta construir la complejidad a partir de la sencillez; lo hace mediante la unión de biomoléculas hasta obtener la primera bacteria, lo que equivale a plantearse el origen del primer ser vivo a partir de la materia inerte. La opción opuesta consiste en destruir la complejidad hasta llegar a la sencillez, lo que significa simplificar un ser vivo hasta obtener el mínimo componente que podamos calificar como vivo, camino que han seguido los parásitos.
Sigamos la segunda vía. Comencemos con un gusano; la evolución le conducirá a prescindir de partes de su anatomía para convertirse en parásito. Deduzco que tal simplificación le transformará, en último extremo, en una única célula; pero esta célula ya no es un gusano. En algún momento del camino, el gusano original habrá dejado de ser un organismo pluricelular y, por tanto, no será un gusano. De la misma manera, una bacteria reducida al mínimo quedaría convertida en sus biomoléculas componentes, que no necesariamente consideramos vivas. ¿Serán los virus bacterias que han evolucionado hacia el parasitismo? El camino parece extremadamente largo. No me puedo imaginar una bacteria deshaciéndose de novecientos noventa y nueve, de cada mil genes, me parece más probable que un pequeño trozo del ADN bacteriano, autónomo, los plásmidos quizá, hayan sido en el pasado virus. Analicémoslo desde el punto de vista de la complejidad: un virus puede tener una decena, o menos, de genes, los mismos, aproximadamente, que tiene un plásmido, por tanto un virus es tan complejo como un plásmido; sin embargo, una bacteria es mil veces más compleja que un virus. Deduzco que un virus se halla más próximo a un plásmido que a una bacteria. A falta de observaciones o experimentos que confirmen o rechacen la hipótesis, considero más probable que un virus provenga de la evolución de un plásmido (o viceversa) que de una bacteria.
Retomemos la cuestión principal ¿cuándo la materia adquiere la propiedad que llamamos vida? Tanto en el camino hacia la complejidad de las biomoléculas para convertirse en bacterias como en la simplificación de las bacterias hasta convertirse en sus componentes moleculares existe un paso en la que se cruza el umbral, tal vez difuso, entre la vida y la materia inerte. Un paso que, en este momento, ignoramos. ¿Serán los virus protagonistas de ese tránsito todavía ignoto? Nadie lo sabe… por ahora.