Probablemente, pocos sesudos lectores hayan reflexionado sobre el estado del agua atmosférica
en los fenómenos meteorológicos a los que están habituados: a pesar de que, a
menudo, habrán observado agua sólida, líquida o gaseosa, y cambios de uno a otro
estado. Cuando el vapor de agua, al enfriarse, se condensa a líquido advertimos
rocío si las gotitas se depositan en el suelo; mientras que distinguimos nubes
–llamadas niebla cuando son bajas- si las gotitas permanecen suspendidas en la
atmósfera. En cambio, cuando el vapor de agua, al enfriarse por debajo de cero,
sublima directamente a sólido sin pasar por el estado líquido, reparamos en la
escarcha (que también llamamos helada) si los cristalitos de hielo se depositan
el suelo, o en la nieve si los cristalitos de hielo permanecen suspendidos en
las nubes. Percátese el lúcido lector que el hielo se produce por dos vías: nieve
si el vapor de agua ha sublimado, o granizo si se trata de agua líquida congelada.
¿De
donde sale el agua que tiene el aire? Evidentemente, de la evaporación de los
océanos y de la sublimación de los hielos. El aire se satura de humedad cuando
se agrega vapor de agua hasta que no puede contener más, o cuando se enfría
hasta que se produce la condensación; esta temperatura (llamada punto de rocío) mide
la cantidad de humedad que hay en la atmósfera; cuanto menor sea la diferencia
entre la temperatura real y la de rocío, mayor será la humedad. Durante
la noche, si los metales de los coches, las rocas o las plantas se enfrían por
debajo del punto de rocío, se condensa el vapor de agua en gotitas sobre las
superficies de los objetos, y observamos el rocío; en cambio, si las gotitas permanecen
suspendidas en el aire notamos las nieblas, muy visibles por las mañanas.
Y
ya que estoy comentando aspectos del agua ¿sabe el culto lector cuál es el
continente más seco de la Tierra? ¿África quizá, debido al Sáhara? No, la
Antártida, es el continente que tiene más agua… sólida: el agua se encuentra
helada y el aire apenas contiene humedad porque las temperaturas casi son
siempre inferiores a cero (la media del trimestre tercero, el más frío del año,
alcanza sesenta y tres grados bajo cero): la casi nula humedad atmosférica
provoca que casi nunca se registren precipitaciones de lluvia o nieve en un
continente cuya cubierta de hielo tiene un kilómetro y novecientos metros de
espesor.
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