sábado, 26 de mayo de 2018

Absorción por la piel


            Todos sabemos que ingerir arsénico, estricnina, cicuta o cualquier veneno con la comida o la bebida mata; sucede lo mismo si respiramos el mortal cianuro de las cámaras de gas o el temible monóxido de carbono que desprenden las estufas mal ventiladas. En cambio, con relativa frecuencia no se presta atención a la piel como vía de penetración... a pesar de que conocemos el caso del contrabandista que, envuelto su cuerpo con hojas de tabaco para pasar la aduana, muere al absorber la nicotina por la piel. Menos grave es la enfermedad del tabaco verde que pueden padecer los trabajadores de la industria tabaquera: se trata de un envenenamiento por absorción cutánea de nicotina, cuando, después de la lluvia, la humedad de la planta contacta con la piel.
La piel, el órgano más grande del cuerpo humano, sirve de barrera de separación con el exterior; sin embargo, existe transporte a través de ella, si bien en cantidades muy bajas, que aumentan cuanto mayor sea la temperatura y humedad, y preferentemente productos grasos. Un dato: sumergidos en aguas medicinales podríamos absorber unos veinte mililitros de agua cada hora, que no está nada mal.
Debemos tener cautela con los productos tóxicos, usados por la industria textil, que absorbe la piel. Ventile bien las prendas que ha llevado para su limpieza en seco: tienen  tricloroetileno. Para prevenir el mal olor causado por el sudor en los calcetines, zapatos y ropa deportiva se emplea el tributilestaño (TBT), irritante. Al descomponerse los tintes azoicos de los tejidos producen aminas aromáticas que, al contacto con la piel, producen cáncer. Los nonilfenoles (NPs) y octilfenoles, ampliamente utilizados para el teñido de la ropa, son disruptores hormonales.
Quien echa insecticidas en su hogar o el agricultor que fumiga con plaguicidas o el  jardinero que usa herbicidas, y no se muda de ropa, aun usando mascarilla, suele olvidarse que el biocida se absorbe por la piel; la misma imprudencia muestra quien efectúa una quema incontrolada de basura. Apoyarse o sentarse en un mueble no presenta peligro… excepto que la madera esté tratada; la protección de maderas –que tocamos con las manos- se hace, a menudo, con tóxicos fenoles policlorados.
Sí, nuestra piel está expuesta a muchas sustancias químicas. Fíjese en los productos que usa en su aseo personal diario, como los champús, cremas, protectores solares, desodorantes, antitranspirantes y perfumes; porque absorbemos con facilidad los conservantes (parabenos), bactericidas (triclosan), colorantes, aromatizantes o secantes (formaldehído) que contienen.

sábado, 19 de mayo de 2018

Clima cálido, Europa fría


Nueva York y Lisboa tiene la misma latitud, Montreal y La Coruña también, sin embargo la temperatura en las ciudades americanas es mucho más baja que en las europeas y allí abundan las nevadas en invierno. No hay ciudad en América de tamaño similar a Londres, Oslo y Estocolmo con similares latitudes. ¿Por qué? La responsable del clima excepcionalmente cálido de Europa Occidental no es la corriente del Golfo, sino la cinta trasportadora oceánica –o circulación termohalina-, un movimiento interno del agua en los océanos que recorre todo el planeta; se trata de una corriente que distribuye el calor solar que recibe la Tierra, trayendo el agua cálida del ecuador hacia el Ártico. Los vientos del oeste, calentados en el océano Atlántico, se encargan de templar la costa europea. Obviamente, si la cinta transportadora se detuviese, la temperatura en Europa Occidental descendería bruscamente, y los inviernos templados se tornarían gélidos, como los canadienses.
En el Atlántico la cinta transportadora oceánica lleva agua cálida -de baja densidad- de las regiones ecuatoriales a las polares nórdicas; durante el camino el agua se va enfriando –y volviéndose más densa- hasta que, en el Ártico, cae al fondo del océano y desde allí se traslada nuevamente hacia el sur. El calentamiento global de la Tierra está fundiendo los hielos árticos e introduciendo un gran volumen de agua dulce en el océano Ártico; en consecuencia, la salinidad del agua disminuye y su densidad también; podría ocurrir entonces que el agua alcanzase una densidad tal que fuese insuficiente para hundirse en el océano: la corriente oceánica podría detenerse. Paradójicamente, el efecto inmediato en Europa no sería el calentamiento, sino el enfriamiento. Y existen precedentes. Disponemos de pruebas concluyentes -en el hielo y en las rocas- para afirmar que las corrientes oceánicas termohalinas se detuvieron en el pasado: hace trece mil años, grandes glaciares se fundieron debido al aumento de temperatura. Los cambios en la densidad del agua marina detuvieron las corrientes oceánicas termohalinas y provocaron que algunas partes del mundo soportaran temperaturas inferiores a cero grados durante más de un milenio.

En conclusión, el enfriamiento local, paradójica consecuencia del calentamiento global del planeta, podría provocar una nueva edad de hielo en Europa. ¿La población europea occidental está preparada para afrontar inviernos como los de Moscú? Piense el lector previsor en la agricultura, en el aislamiento de los edificios, en su vestuario o en la adecuación de las carreteras.

sábado, 12 de mayo de 2018

Emulsionantes y cáncer


Siglo XVI, guerras de religión: Francois Viète, por encargo del rey francés Enrique IV, descifra las cartas codificadas que los españoles envían a los católicos franceses. Poco faltó para que el Santo Oficio juzgara al genial matemático por brujo: lo habían denunciado porque suponían que nadie podía descifrar códigos sin ayuda de la magia. Hoy, para mantener documentos ocultos, no se necesita cifrarlos, basta con abandonarlos entre el exceso de información. El escritor, consciente de la trampa, reconoce su afición –o vicio- a la literatura científica minoritaria, también declara que, a veces, se queda anonadado al acabar la lectura. Resumo un artículo que me ha impactado: los emulsionantes que se añaden a los alimentos procesados parecen causar cáncer de colon. ¿Es posible? Un estudio publicado en Cancer Research, en 2016, firmado por Emilie Viennois y tres investigadores, lo ha demostrado sin duda, al menos, en los ratones.
Comencemos por el principio. Hay evidencias de la relación entre la flora intestinal y la aparición del cáncer de colon; no en vano, la flora microbiana del intestino desempeña un papel clave en la enfermedad de Crohn y en la colitis ulcerosa, las dos enfermedades inflamatorias intestinales más comunes; y se sabe que ambas promueven el desarrollo de los tumores en el colon; de hecho, la inflamación de bajo grado, una patología intestinal común asociada con la alteración de la flora intestinal, se encuentra en muchos pacientes con cáncer de colon.

Los investigadores han comprobado que el cáncer de colon ha aumentado desde la mitad del siglo XX; como la genética humana ha permanecido invariable, deducen que algún factor ambiental desempeña un papel clave: sospechan del consumo de emulsionantes dietéticos, omnipresentes en los alimentos procesados. ¿Por qué? Actúan como detergentes –para disolver las grasas-, por lo que alteran la composición de la flora microbiana intestinal, y promueven la inflamación intestinal de bajo grado. Para demostrar su hipótesis, los investigadores alimentaron ratones con dos de los emulsionantes más comunes, la carboximetilcelulosa (carmelosa) o el polisorbato-80 (E-433), en dosis que imitan el consumo de emulsionantes cuando se ingieren alimentos procesados. Los resultados mostraron que se modificó la composición de las especies bacterianas intestinales; concretamente, se favoreció la expansión de las bacterias responsables de la expresión de genes pro-inflamatorios en las células del sistema inmune, que causan una inflamación intestinal de bajo grado capaz de promover la carcinogénesis. Los investigadores concluyeron que el consumo regular de los emulsionantes fue necesario y suficiente para la formación de tumores. 

sábado, 5 de mayo de 2018

Significado de la mecánica cuántica


No existen dudas sobre cómo utilizar la mecánica cuántica, sino cómo describir lo que significa, porque ¿cuál es el criterio más importante para una teoría científica: la exactitud o la inteligibilidad? Albert Einstein declaró en 1926: “La mecánica cuántica es muy impactante. Sin embargo, una voz interna me dice que no es aún lo definitivo. La teoría da cuenta de mucho, pero no hace nada por acercarse a los secretos del Viejo. En todo caso, yo estoy convencido que Él no juega a los dados”. Y Richard Feynman proclamó en 1964: “Creo que puedo decir con toda tranquilidad que nadie entiende la mecánica cuántica”. Muchos físicos pensaron que ambas reacciones eran exageradas. Esa era también mi opinión –escribe Steven Weinberg (Nobel de física) en 2017-, a fin de cuentas a los contemporáneos de Newton también les resultó difícil aceptar sus teorías, y añade: “No obstante, hoy no estoy tan seguro como lo estuve una vez acerca del futuro de la mecánica cuántica. Es una mala señal que aquellos físicos que en la actualidad más cómodos se sienten con ella no consigan ponerse de acuerdo sobre su significado.”
“La controversia aparece, principalmente, al considerar la naturaleza de la medición en la mecánica cuántica”. ¿Cómo aparecen las probabilidades si la ecuación de Schrödinger -que describe un fenómeno cuántico- es determinista, o sea, no implica probabilidades? Respuesta de Bohr -después llamada interpretación de Copenhague- que hoy se considera inaceptable: el entorno macroscópico interacciona con la magnitud que medimos, alterándola de forma impredecible. Esta respuesta no invalida la pregunta porque si la ecuación de Schrödinger gobierna también al aparato de medida y al observador, entonces los resultados no deberían de ser impredecibles. ¿Cómo aparecen, entonces, las probabilidades?

En la actualidad, según Weinberg, existen dos interpretaciones predominantes de la mecánica cuántica. La instrumentalista, sucesora de la interpretación de Copenhague, considera que la ecuación de onda es un instrumento para calcular probabilidades que no describe nada real. Compárese, entonces, con el antiguo sistema geocéntrico del mundo: el Sol no gira alrededor de la Tierra, sin embargo, un laborioso cálculo con epiciclos servía para predecir las posiciones de los astros del sistema solar. Por si fuera poco, prescinde de leyes impersonales, ajenas a la mente, para describir el mundo. La interpretación realista de la mecánica cuántica considera que la ecuación de onda describe la realidad, pero ello nos conduce a admitir la existencia de infinitos universos; y tantos universos… parecen demasiados universos.