sábado, 17 de marzo de 2018

Cambios cerebrales ocasionados por la meditación


La mariposa volaba entre los autos.
María José me dijo: ha de ser Chuang Tzu,
de paso por Nueva York.
Pero la mariposa
no sabía si era una mariposa
que soñaba con ser Chuang Tsu
o Chuang Tzu
que soñaba ser mariposa.
La mariposa no dudaba:
volaba.
¿La meditación tiene efectos sobre la salud? No, el lector escéptico mostrará la misma ausencia de duda que la mariposa del erudito poema de Octavio Paz, y sin embargo...
Durante cerca de quince años un centenar de practicantes de meditación han participado en experimentos científicos. La comparación de la imágenes cerebrales de los meditadores expertos con las de los no meditadores ha proporcionado pruebas de que estas prácticas de entrenamiento mental proporcionan beneficios cognitivos y emocionales.
Los investigadores de varias universidades exploraron los posibles cambios estructurales en el cerebro causados por la meditación. Se han examinado tres fases de la meditación: una primera fase calificada de atención focalizada; una segunda, en la que el meditador trata de mantener un equilibrio emocional, la llaman de conciencia plena; y una última fase cuyo objetivo es mostrar benevolencia y compasión. Mediante una técnica de resonancia magnética los científicos hallaron que veinte practicantes expertos en meditación budista presentaban mayor volumen de tejido cerebral en la corteza y en la ínsula al compararlos con un grupo de control. Cabe señalar que estas regiones cerebrales intervienen en el procesamiento de la atención, la información sensorial y las sensaciones corporales. Otro estudio demostró que la meditación disminuye la actividad de los genes relacionados con la inflamación; un tercer estudio mostró que la meditación activa la actividad de la telomerasa, enzima cuya inhibición provoca la muerte celular. Se necesitan más pruebas, no cabe duda, para demostrar lo que estos primeros estudios sugieren: que la meditación provoca impactos en procesos biológicos que redundan en la salud física.
El descubrimiento de los beneficios de la meditación coincide con los hallazgos recientes de la neurociencia que demuestran que incluso el cerebro adulto puede transformarse mediante la experiencia. El cerebro del músico o del malabarista cambia: no hay más que fijarse en la región que controla el movimiento del artista: se agranda conforme domina el instrumento o la técnica. Cuando meditamos parece ocurrir algo parecido: mejora el funcionamiento y estructura física del cerebro del meditador. Parece que la meditación reorganiza las conexiones de los circuitos neuronales para producir efectos saludables no sólo en el cerebro, sino en el organismo entero. 

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