En
este siglo y en los siguientes, los ecosistemas marinos probablemente se enfrentarán
a varios factores estresantes como consecuencia del aumento del dióxido de
carbono atmosférico y del calentamiento del clima. El ascenso de la
temperatura, la acidificación y la desoxigenación de los océanos constituyen
fenómenos globales con importantes variaciones regionales, que influyen en los
ecosistemas de formas aún ignoradas. Desentrañar las consecuencias de estos
cambios constituye un gran desafío para los oceanógrafos.
Los
océanos contienen oxígeno disuelto en sus aguas tanto porque el fitoplancton lo
forma durante la fotosíntesis, como porque el gas se difunde desde la atmósfera.
Un estudio efectuado por Matthew Long, Curtis Deutsh y Taka Ito, publicado en 2016,
ha desentrañado las consecuencias del cambio climático sobre la cantidad del
oxígeno disuelto en los océanos. Los investigadores han averiguado cuánta
disminución del oxígeno oceánico se debe al cambio climático y cuánta a la variabilidad
natural; y han concluido que la pérdida de oxígeno en el océano es uno de los
efectos secundarios más graves del calentamiento de la atmósfera. Repetimos: la
cantidad de oxígeno marino ha disminuido (la concentración del gas disuelto
disminuye un dos por ciento por cada grado de calentamiento del agua), porque
la temperatura de la superficie oceánica ha aumentado; y el agua caliente
contiene menos oxígeno que el agua fría.
Los
investigadores han construido mapas de los niveles de oxígeno disuelto en los
océanos del mundo durante todo el siglo XXI. Ahora ya se detectan anomalías en
regiones del Índico, Atlántico y Pacífico; en la cuarta década será posible observar
la desoxigenación generalizada en todos los océanos; y en 2100 los autores pronostican
que la concentración del gas disuelto habrá disminuido entre uno y siete por
ciento. La explicación de la disminución actual se asienta en dos contundentes conjuntos
de datos: la escasez de oxígeno registrada en los océanos tropicales y en áreas
del Pacífico Norte en el último medio siglo, por un lado, y en el aumento de la
hipoxia en zonas costeras, ligada a la eutrofización, por otro.
¿Las
consecuencias para los seres vivos marinos? Las temperaturas más altas y el
aumento de la acidez consiguen que el metabolismo se acelere y que la necesidad
de oxígeno aumente; sin embargo, resulta más difícil respirar si disminuye la
cantidad de oxígeno disuelto en el agua: en consecuencia, el defecto amenaza la
vida marina. Después de todo, el oxígeno establece donde la fauna puede vivir o
donde no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario