sábado, 24 de febrero de 2018

Los océanos pierden oxígeno


En este siglo y en los siguientes, los ecosistemas marinos probablemente se enfrentarán a varios factores estresantes como consecuencia del aumento del dióxido de carbono atmosférico y del calentamiento del clima. El ascenso de la temperatura, la acidificación y la desoxigenación de los océanos constituyen fenómenos globales con importantes variaciones regionales, que influyen en los ecosistemas de formas aún ignoradas. Desentrañar las consecuencias de estos cambios constituye un gran desafío para los oceanógrafos.
Los océanos contienen oxígeno disuelto en sus aguas tanto porque el fitoplancton lo forma durante la fotosíntesis, como porque el gas se difunde desde la atmósfera. Un estudio efectuado por Matthew Long, Curtis Deutsh y Taka Ito, publicado en 2016, ha desentrañado las consecuencias del cambio climático sobre la cantidad del oxígeno disuelto en los océanos. Los investigadores han averiguado cuánta disminución del oxígeno oceánico se debe al cambio climático y cuánta a la variabilidad natural; y han concluido que la pérdida de oxígeno en el océano es uno de los efectos secundarios más graves del calentamiento de la atmósfera. Repetimos: la cantidad de oxígeno marino ha disminuido (la concentración del gas disuelto disminuye un dos por ciento por cada grado de calentamiento del agua), porque la temperatura de la superficie oceánica ha aumentado; y el agua caliente contiene menos oxígeno que el agua fría.
Los investigadores han construido mapas de los niveles de oxígeno disuelto en los océanos del mundo durante todo el siglo XXI. Ahora ya se detectan anomalías en regiones del Índico, Atlántico y Pacífico; en la cuarta década será posible observar la desoxigenación generalizada en todos los océanos; y en 2100 los autores pronostican que la concentración del gas disuelto habrá disminuido entre uno y siete por ciento. La explicación de la disminución actual se asienta en dos contundentes conjuntos de datos: la escasez de oxígeno registrada en los océanos tropicales y en áreas del Pacífico Norte en el último medio siglo, por un lado, y en el aumento de la hipoxia en zonas costeras, ligada a la eutrofización, por otro.

¿Las consecuencias para los seres vivos marinos? Las temperaturas más altas y el aumento de la acidez consiguen que el metabolismo se acelere y que la necesidad de oxígeno aumente; sin embargo, resulta más difícil respirar si disminuye la cantidad de oxígeno disuelto en el agua: en consecuencia, el defecto amenaza la vida marina. Después de todo, el oxígeno establece donde la fauna puede vivir o donde no.

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