sábado, 21 de octubre de 2017

Vocación científica: Paulet y Carrión


El amor de los científicos a sus teorías más caras linda, a veces, con la desmesura, tanto, que les lleva a mostrar unas conductas ciertamente temerarias. Comentaré las actividades de dos talentosos investigadores peruanos inmerecidamente desconocidos.
La comunidad científica del siglo XIX se preguntaba si la causa de la enfermedad conocida como verruga o bartonelosis era una intoxicación por el agua o un agente infeccioso. Daniel Carrión estaba convencido de que una bacteria, inoculada por un mosquito, provocaba el mal. No se le ocurrió otra manera de demostrar su hipótesis que contagiarse con la sangre de un paciente: murió de la infección en el año 1885. La demostración fue concluyente.
A finales del siglo XIX, un grave accidente se produjo en un laboratorio de París: había explotado acetona. El responsable, Pedro Paulet, además de detenido por los gendarmes, acabó con un tímpano perforado, lesión que más adelante le producirá sordera. Fue tal la alarma del director del instituto parisino, que prohibió radicalmente el manejo de explosivos en sus laboratorios. ¿A qué se dedicaba el intrépido investigador causante del desafuero? En 1897, Paulet había diseñado un motor que no se parecía a ninguno de los vigentes, se trataba de una concepción revolucionaria porque utilizaba la fuerza que producen las explosiones. ¡Ni más, ni menos! Había construido un pequeño motor de dos y medio kilos de peso, que alcanzaba una fuerza de un centenar de kilos. Almacenaba, en tanques separados, el carburante y el oxidante, que mezclaba en una cámara de combustión; la combustión, una explosión controlada, generaba los gases que, al ser expulsados al exterior, producen una reacción –una retropropulsión- que eleva al vehículo. El científico peruano advirtió la importancia de su descubrimiento: aseguró que el cohete era el motor ideal para los vehículos aéreos, aunque había que modificar totalmente la estructura y la forma de los aviones. Para él, la hélice debía desaparecer por innecesaria: no sirve donde falta el aire; y también había que suprimir los demás elementos planeadores, para ser reemplazados por una nueva forma, que se adecuase a su función astronáutica. Wernher von Braun, ex-director de la NASA y director del primer vuelo tripulado a la Luna, reconoció, en “Historia Mundial de la Astronáutica", que “Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión con combustible líquido”. Nadie mejor para certificar la valía del talentoso y audaz investigador peruano. 

No hay comentarios: