Leía,
otra vez, la tragedia de Ayax, escrita por Sófocles. Acabada la
lectura me quedé cavilando sobre el deshonor y la venganza, el odio y la
nobleza; al final un asunto se impuso sobre los demás, el guerrero se vuelve
loco porque considera que lo han deshonrado. ¿Qué ha sucedido en su cerebro
para que pierda la razón? Hace siglos se invocaba al demonio para comprender las
enfermedades mentales, hace decenios se recurría a la lobotomía para su tratamiento,
hoy, afortunadamente, los desarreglos en la cantidad de algunos mensajeros químicos
cerebrales proporcionan una explicación más aproximada a la realidad. El exceso del
compuesto químico dopamina en el cerebro se correlaciona con la esquizofrenia, la escasez, con la ansiedad; pero si se detecta insuficiencia de dopamina y serotonina conjuntamente
el paciente presentará depresión. Los bioquímicos conocen varias moléculas que
intervienen en la comunicación entre las células, una de ellas, la melatonina,
tiene una curiosa historia.
La
glándula pineal, ubicada en el centro del cerebro, era la sede del alma para
René Descartes. Certifico su genialidad como matemático, menos como físico, no
oso valorar su filosofía, sí su capacidad como fisiólogo: ninguna. Si no sede
del alma, hoy consideramos la glándula pineal como un
dispositivo que convierte un estímulo visual, procedente de la retina del ojo, en
producción de una hormona, la melatonina; producción que varía a lo largo
del día, con valores mínimos diurnos y máximos nocturnos. Durante el siglo XX
los biólogos consideraron que únicamente la glándula pineal producía melatonina;
numerosas observaciones hechas desde entonces les han obligado a cambiar de
opinión: otros órganos, tejidos y células -el tracto gastrointestinal, el cerebelo,
el sistema inmunitario y alguno más- también la sintetizan, probablemente en
mayor cantidad. En cualquier caso, su precursor es el triptófano, un aminoácido
esencial.
La
melatonina actúa sobre varios procesos y por eso presenta efectos diferentes.
Interviene en la sincronización del ritmo circadiano de los procesos metabólicos
(tal jerigonza significa que el ritmo de algunas reacciones
biológicas cambia periódicamente a lo largo del día); y también participa en la
regulación de los ciclos de vigilia y sueño: por ello los investigadores han
observado que su administración facilita el sueño. La melatonina se
comporta como un potente antioxidante, afecta a la regulación de la maduración
sexual, tiene capacidad antitumoral y modula la función del sistema inmunitario;
por último, influye en el aumento de la longevidad y calidad de vida. No es
poco para esta singular hormona.